Esta noche puede ser una noche inmensa,
llena de esperanza,
de colores,
de juegos sagrados,
de pasado y de futuro.
Tal vez, en el ocaso, llegue un regalo sin papel,
sin dedicatorias,
sin envoltorios,
sin lazos,
sin palabras,
sin nombres ni ataduras.
Esta noche puede ser una noche eterna,
llena de oscuridad,
de grises,
de ausencias,
de presente lleno de nada.
Tal vez, con la llegada del crepúsculo, las luces se apaguen y me arranquen la sonrisa desgastada.
Hasta entonces, sigo esperando, soñando que te escucho
aunque me hables con la voz callada.