Sin respuestas

Salgo a caminar. La casa me ahoga. Ya no lo siento mi hogar.

Camino y me siento sola. Sola como siempre, intentando encajar en una sociedad que nunca me ha hecho hueco. Entre gente que mira pero no ve. Siento que nadie me ve. ¿Puede ser? ¿De verdad nadie se da cuenta de quién soy? ¿Nadie más ahí fuera encuentra mis miradas?

Sigo caminando, pongo Spotify en el móvil. Coloco los auriculares en mis orejas y me dejo llevar. No tengo rumbo pero sigo caminando porque no me atrevo a parar.

La vida me parece una noria que gira y gira, no cesa en su movimiento, no te espera. Y en ese ciclo circular se repiten siempre los momentos que nos empujan a cometer una y otra vez los mismos errores.

Si quieres pararla, debes saltar.

Yo quiero saltar, pero no me atrevo. ¿Quién se atreve a tirarse de una noria cuando está en el punto más alto?

Lo intento, lo intento… Pero no puedo.