Nos da miedo morir
pero acaso
¿es que no duele la vida?
¿Cómo sabes que lo que llamas
vivir
no es muerte todavía
y lo que llamas
morir
no es parte de la vida?
Nos da miedo morir
pero acaso
¿es que no duele la vida?
¿Cómo sabes que lo que llamas
vivir
no es muerte todavía
y lo que llamas
morir
no es parte de la vida?
Cuántas veces he pensado que no tiene sentido la vida,
que no entiendo el porqué de estar aquí, ahora.
Días como estos, en una confusa intensidad de sentimientos,
se acrecienta y propaga el dolor en cada rincón de esta habitación:
en la silla, en la pata del escritorio, en la bombilla fundida de la lamparilla de noche,
en el aire, en mí misma. En todo lo que me rodea.
Pero no reniego ya de mi naturaleza ni de mis elecciones
y me atrevo a contaros que he encontrado en el dolor
respuestas que me devuelven a mí misma y que me dejan encontrarme de nuevo con mi autenticidad perdida.
Ahora, rodeada de tanto caos,
ahora, rodeada de tanta incertidumbre,
trataré de reconstruirme.
Llegó temprano la muerte aquella mañana,
como la lluvia amarilla en los campos sembrados,
arrebatando la vida y secando las semillas.
Se quebró la inmensidad del océano en pedazos
con un grito amargo tan callado y consumido
que la esperanza se perdió en el limbo y el limbo en la nada.